lunes, 14 de marzo de 2016

Un libro de Rémi Brague sobre la legitimidad de lo humano

Lo propio del hombre. Una legitimidad amenazada es un librito de unas 200 páginas, recopilación de artículos que sirve de aperitivo al tercer libro que saldrá de una trilogía suya mayor.
Yo, como todo lo que leo de Brague, lo he leído con la boca abierta.
La cuestión es plantearse qué lugar ocupa el hombre en el mundo. El humanismo está amenazado en la medida en que era simplemente un acto de fe en la primacía de lo humano. Y así, de deconstrucción en deconstrucción (agarraos que la frase es cojonuda): “nuestro humanismo no es otra cosa que un anti-antihumanismo”.
Porque el hecho es que ya hay gente -en serio; están locos, claro- proponiendo el suicidio colectivo de la humanidad para que quede libre la Madre Gaya.
Frente a eso, lo que queda es recapitular, volver a cavar, recomenzar la pregunta. Y eso lo hace Brague como nadie, dominando como domina la filosofía clásica, medieval, moderna y contemporánea (a diferencia de otros -y no miro a nadie; Gomá y tutti quanti- que creen que basta con empezar desde la Revolución Francesa, si eso).

Si queréis más detalles, estas reseñas:

Un comentario más breve de Armando Zerolo.
Una reseña de extensión media de David Torrijos.
Una reseña más extensa de Enrique R. Moros.

Y aquí, el índice en pdf en este enlace.

1 comentario:

  1. Respecto a lo de la "madre Gaya", creo efectivamente que el lugar para valorar una tesis como ésa no es un foro de discusión razonable, sino un hospital siquiátrico. También hay gente que se cree Napoleón, pero el lugar para hablar de ellos, pobres, no es precisamente un foro sobre Historia.

    En todo caso, si hubiera alguien que, fuera de patologías mentales, propusiera en serio semejante cosa, yo le diría que si efectivamente somos un problema para la "madre Gaya", una solución parcial a dicho problema siempre será mejor que ninguna solución, y que está en su mano el contribuir de acuerdo con sus posibilidades: si de veras cree eso, y es coherente con lo que cree, suicídese usted mismo, (y hágalo, eso sí, tan ecológicamente como pueda y desee).

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