martes, 3 de diciembre de 2013

One Hundred Latin Hymns

He terminado de leer este libro feliz, tan afortunadamente acertado en todo: selección, notas, traducción, buen papel. Basta ver la portada:


Ya puse de él aquello de Cristo Aurora totus. Añado otras tres cosas en tres días. Hoy, esto:

p. 276 n.78.2 (de Pedro Abelardo), sobre el cielo, que empieza así:
Vere Ierusalem est illa civitas,                       De veras es Jerusalén aquella ciudad,
cuius pax iugis est, summa iucunditas,            cuya paz es eterna, su alegría suma,
ubi non praevenit rem desiderium,                 donde no va por delante de la cosa su deseo,
nec desiderio minus est praemium.                 ni que el deseo es menor el premio.

Y la estrofa 6:
Illic ex sabbato succedet sabbatum,              Allí al sábado sucederá el sábado,
perpes laetitia sabbatizantium,                       continua alegría la de los amantes del sábado.
nec ineffabiles cessabunt iubili                       y ni cesarán, inefables, los júbilos,
quos decantabimus et nos et angeli.               los que entonaremos nosotros y también los ángeles.
[lo del sábado es porque es un Himno para la Vigilia Pascual: es el sábado que es domingo]

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