miércoles, 12 de septiembre de 2012

Estado del bienestar

-Suecia, el paraíso socialdemócrata, decían.
Y yo -español, ay- pensaba que querían decir "gratis total".
(La privada ya sabemos cómo es: 7 euros una caña de cerveza en cualquier terraza***).
Pero yo que soy muy de museos (84 en Estocolmo), no podía creerme que en todos cobrasen, entre 8 y 15 euros cada uno, sin ofertas ni bonos ni nada para los que íbamos a estar más de tres días allí.
Y fui a la oficina de turismo a interesarme por subvenciones para españoles culturetas pobretes y se sorprendieron de que preguntase por museos gratis o museos con horas gratis (había dos, de los malejos).
Y ya ni fui a los museos más visitados (también para poder presumir aquí de elitismo, eche o que hai, ay), como el Vasa, o Skansen, o el de Arte Contemporáneo (¡de Moneo!). Porque yo lo que quería era ver con calma, en varios días, el Nationalmuseum.
Y fui a la señora del mostrador y le conté que en España a los profesores nos dejan entrar gratis en museos como El Prado. Y me miró apesadumbrada cuando le conté que quería saber si había alternativas a los previsibles 15 euros que me iba a costar visitar el museo cada día distinto.
Y se compadeció -le debían de haber llegado noticias de cómo estamos- y me dio, cuando pagué la entrada del día, dos invitaciones para otros dos días.
Qué Dios se lo pague, encantadora señora del mostrador del Museo Nacional de Estocolmo: le prometo que los 30 euros que no me cobraron les van a rentar aquí para al menos diez entradas de este blog, llenas de sincera admiración y ohs y ahs ante los maravillosos cuadros que pude ver con calma.


***Aunque los impuestos -estatales- al alcohol en Suecia son los que hacen que una cerveza cueste eso, que quede claro, eh.

8 comentarios:

  1. Sí, Ventura, era una señora bien maja. Y qué agradecido le estoy.

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  2. Le agradezco a esa señora la invitación, por la parte que me toca. Ya me estoy frotando la manos, y preparando las exclamaciones.

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  3. A ver si estoy a la altura, Ignacio, que había cuadros bien bonitos.

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  4. Jajaja, ¡qué gracia me ha hecho! Es la típica cosa que, conociéndote, jamás te imaginaría capaz de hacer; echarle a algo tanto morro. Y eso me hace dar cuenta de lo poco que te conozco habiendo pasado cuatro años juntos en la Estila, ¡ay...!

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  5. No me conteste, si no quiere. Pero yo dejo aquí mi pregunta: ¿Hay colas en los museos de Estocolmo?

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  6. -Eh, Antón, que fue todo de lo más normal: yo pregunté por "ofertas" y acabé con dos invitaciones. Quizá también es que ahora me dé todo un poco más igual, no sé.

    -Yo vi colas en la entrada del Museo Vasa, ese del barco hundido y reflotado, que a todo el mundo le gusta mucho.

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  7. Yo estuve en el museo Vasa. Por pura casualidad. En un viaje relampago de trabajo, hace años, logré escaparme solo y paseando, entré sin conocerlo y sin colas, era invierno. Quedé fascinado. El barco es imponente y está en perfecto estado. Estocolmo me sorprendió gratamente. Y prometí volver, cosa que todavía no he hecho. Al menos, ahora, lo estoy haciendo virtualmente...

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