jueves, 11 de febrero de 2010

Eiré

Aunque con la visita a Monforte bastaba, tentamos la suerte y nos acercamos a Eiré, a un lugar llamado O Mosteiro, donde está la iglesia de san Miguel. Y estaba cerrada (el interior se puede ver en las excelentes fotos de Freecat, y este es buen artículo también) pero la vimos por fuera; la portada:



Y lo más llamativo eran estas dos figuras, con LU y MA escrito encima:



Preguntamos a una señora que vimos trabajando en una cuadra, entre racimos de mazorcas que colgaban del techo. Iba con ropa de faena, los brazos libres y muy delgados, ya muy anciana pero debió de ser muy guapa de joven, con una elegancia natural y un punto de coquetería: un pañuelo de seda al cuello.
Era muy simpática y nos habló en castellano, deprisa, como con miedo de que nos fuéramos; y nos contó que viven tres familias allí, que el que abre la iglesia se lo había llevado la hija a Zaragoza por el invierno, que venían a ver la iglesia muchos, hasta "franceses y chinos". Y mientras nos contaba todo aquello rebuznó un burro.
Luego fantaseábamos con que sería en realidad una filósofa que se había retirado allí desengañada de la vida; y que por las noches leería el Tractatus mientras se fumaba un purito en el salón de su casa.

4 comentarios:

  1. Ay, que no os disteis cuenta, que era la Szymborska camuflada. Las discípulas de Wittgenstein no llevan pañuelitos al cuello ni se enrollan con el personal.
    Ya verás como salís en su próximo libro, con los franceses y los chinos.

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  2. Lo de la Szymborska, la verdad, me parece descabellado. Nos vimos en Cracovia hace poquísmo.

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  3. La Szymborska no era, que no hablaba en polaco.
    Y la he dejado en filósofa sin más, que tampoco debía de ser discípula de Wittgenstein.
    En atención al anónimo escocido, he corregido el texto, para que se vea que lo que senti antes esa señora fue admiración, no superioridad.

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  4. Don Ángel: odio incordiar pero me apena que alguien cambie un cuento alegre y bien contado para que un comentarista pille la cosa en sí. No creo la pille a pesar de todo. Creo que hay unos cuentos populares contados desde la corrección política en los que los enanitos de Blancanieves son nombrados como "gente que no ha alcanzado la estatura de los gigantes". En el cuento de caperucita se advierte que llevar la merienda a la abuela no es una actividad exclusiva de las mujeres. ¿Qué quiere que le diga? Yo creo que el pilla pilla y el que no, aunque se lo expliquen, pues no lo pilla.
    Perdón y gracias.

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