sábado, 8 de septiembre de 2007

Villaveta

El documento que el entonces alcalde de Villaveta le dejó a mi padre y a otro maestro lo escribió en 1706 Ildefonso Francés Gil, un sacerdote que comienza con una alabanza a la Virgen y transcribe luego otro documento más antiguo, del año 1529, de cuando se comenzó a edificar la iglesia de Villaveta. Algunas frases:
Vinieron a la dicha Iglesia que ahora es [habían tirado dos anteriores para hacer esa] y pusieron la primera piedra en el capialzado que está en la parte del oriente, la cual bendijeron y pusieron con un cuero de cal virgen, y acabando de asentarla, dieron fresca fruta y vino a los que presentes estaban y a los niños de 10 años y 12 abajo a cada uno cinco azotes, a honor de los cinco sentidos, para buena memoria.

Yo me acordaba de que mi padre nos contó varias veces de los azotes que dieron a los niños para que se acordaran de tan señalado momento. De hecho, así fue. Transcrito en el texto está el siguiente testimonio:
Había tanto que decir que no basta mi lengua ni mi memoria para declararlo, y así por ser cosa tan digna de hacer memoria lo atrás escrito, yo, Juan Gil Esteban, hice escribir esta memoria porque me acuerdo de todo, y también ver celebrar la cofradía, siendo de edad de seis años, y la planta de la Iglesia de ocho años. Donde recibí los cinco azotes que están firmes en mi memoria y por esta causa me acuerdo de todo lo dicho, y en realidad de verdad lo firmo de mi nombre, siendo de edad de sesenta y dos años porque fui bautizado día de san Juan Bautista año de veintiuno.

Otro día, más del documento de Villaveta.

5 comentarios:

  1. Lo de los azotes es impagable, Arp, ahora que comienza el curso. Se lo leeré a mis alumnos.

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  2. Qué hallazgo lo de los azotes, digno de la mejor Esparta. Quizás por ese temple fuimos lo que fuimos.

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  3. Si no recuerdo mal, pues hace ya casi treinta años que nos lo explicaron en Historia del Derecho, esa costumbre es de origen germánico y en España se remonta a tiempos visigodos. Era un medio de "publicidad", a falta de registros públicos, de las transacciones de fincas o negocios similares. Se celebraba un banquete o "yantar de robra", se propinaba una paliza a los más jóvenes de cada familia contratante y así perduraba la memoria del acuerdo. Primitivo pero eficaz.

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  4. En efecto, el anónimo lo dice y yo lo suscribo: sorprendente, eficar y primitivo.
    PD: me guardo el suceso, que ya encontraré la forma de citarlo.

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  5. Guau, lo que se aprende en estos blogs (en estos, que no en otros).

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